HISTORIA
Pintura que se encuentra en unos de los muros de nuestra capilla.
El Instituto Emiliani México forma parte del movimiento suscitado por el Espíritu Santo en la Iglesia Católica desde la primera mitad del siglo XVI, en lo que hoy es el norte de Italia, a través de San Jerónimo Emiliani, fundador de los Padres Somascos.
Jerónimo fue un noble veneciano en la época del Renacimiento, que buscaba su realización a través del servicio público o la milicia; pero su derrota en Castel Nuovo di Quero y la experiencia de la misericordia de Dios en su liberación, le hicieron capaz de contemplar al mundo y la humanidad con los ojos de Cristo y siguió a Jesús, proclamando el Evangelio de la Paternidad de Dios mediante opciones evangélicamente eficaces:
saliendo al encuentro de la humanidad herida y descartada, ocupándose de cualquier forma de pobreza moral, física, existencial de la juventud; pero en especial, de la pobreza de amor, raíz de todo problema humano serio; y, con todo ello, cultivó y promovió, la reforma de la Iglesia en tiempos de Lutero.
El estilo educativo de Jerónimo, se caracterizó por un enfoque sólidamente centrado en la persona, en su dignidad, en el desarrollo de las capacidades intelectuales y manuales, y en la colaboración y cooperación de los menores. “Evangelizaba educando y educaba evangelizando” (Francisco, 2017). De ese carisma deriva la vida de nuestro Instituto.
Esta propuesta da sentido a nuestro proyecto, a los valores y el clima de nuestra acción. Esperamos, que todos los miembros de la Comunidad Educativa Emiliani, acepten y faciliten una formación progresiva, para profesar y vivir con alegría la fe cristiana.
Consideramos al Instituto como parte de la Iglesia local y compartimos su misión evangelizadora, participamos en la pastoral de conjunto. Por eso pretendemos que: nuestra acción constituya un diálogo entre la fe y la cultura; que el clima de nuestra comunidad esté configurado por la vivencia cristiana y que actividades como la evangelización, la acción a favor de los que menos tienen, la oración y la vida sacramental, completen la pastoral educativa del Centro.